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jueves, 26 de mayo de 2011

A tu mamá.

Cuando las cosas van mal en la casa, una siempre lo nota. Se ven las caras largas, se escuchan  las discusiones, a veces aunque una no quiera se contagia del mal humor o por lo menos se sienten las malas vibras de lejos. Es feo, a veces le suma a tus problemas, y a veces es ese el problema. Jodido por demás, y lo digo porque lo viví.

Mis papás solían discutir, por ejemplo, yo me mantenía todo lo lejos que pudiera, porque me hartaba la situación, pero nunca, JAMÁS, hubiera permitido, que mi papá le pegue a mi mamá. No estuvieron ni cerca, pero estoy segura que de haberlo estado, yo me habría enterado.

Esta es una situación normal, las parejas pelean, se arreglan, eso es común. Lo anormal, es que a tu mamá la chanquen, la muelan, y TÚ no digas nada, que le des la espalda, que ni siquiera la consueles.

Eso, justamente, hizo Keiko Fujimori, con su madre, Susana Higuchi.

Susana Higuchi, esposa de Alberto Fujimori, en su momento primera dama, lo denunció por malversar fondos donados; por eso y otras cosas fue maltratada, Fujimori la torturó, ordenó que le apliquen electricidad, soldó las rejas del palacio de gobierno para no dejarla salir, para mantenerla cautiva. Ella huyo, y cuando lo hizo, la acusaron de loca. Se fue sola, sus hijos prefirieron la opulencia y se quedaron con el padre. Ella, ingeniera civil como era, tuvo que reconstruir su vida lejos.

Adoro a mi mamá y creo que el amor de madre es incomparable, si Keiko estaría cerca, le preguntaría: ¿Eso es amar a tu madre? ¿Dejar que la torturen, que la encierren, que la acusen de loca?...

Su respuesta sería: mi papá fue el mejor gobernante del país. (sin sentido, sin respuesta, una mentira)

Te dejo el vídeo con el testimonio de Susana, cuando todavía los daba, cuando no tenía que callar.

 

2 comentarios:

F dijo...

oieee de verdad la linea editorial ha cambiado jajaja crea otro blog pe!!

JAJAJA

Lavi dijo...

Yo quiero a mi madre. NUNCA votaré por Keiko :D #felizdíamamá


NO A KEIKOOOOOO!!!! forever and ever! :D

... escribo porque en la fantástica internet se puede ser lo se quiere, hasta uno mismo.