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miércoles, 18 de mayo de 2011

Esquina baja

Hoy estaba en el bus, en medio del clásico tráfico de las 7 y 30. El carro estaba lleno, pero nadie conversaba, cada uno desconfiado, andaba en lo suyo. Yo, leía un libro, en un asiento junto a la ventana. Perdida en mi mundo, me imaginaba al personaje, me imaginaba su mundo, y a él perdido en su mundo también. De pronto, en medio de barullo mezcla de claxóns y programas concurso de radios, sonó una lejana y melodiosa armonía, que me demoré en identificar, por lo irreal, del sonido y el lugar donde la escuchaba. Hasta que estuve segura de que era:  "El cóndor pasa", tocado en ...  ¿flauta? ¿quena? 

La tocaba alguien que caminaba y se acercaba, la melodía se iba haciendo más fuerte. De pronto recordé cuando yo la tocaba. Hace años. 

Me invadió la nostalgia, de todo aquello que yo HABÍA sido y quería ser, que hoy había relegado.
Mis sueños postergados se abalanzaron sobre mi, cuestionándome: ¿Cuándo nos harás realidad? ¿Cuándo terminará este "mientrastanto"?

Me avergonzé de mi dejadez. De mi miedo, y de mi inútil ego. 
De mis ganas de protegerme, de mi cautela, de mis silencios. 

Me dió un ataque de angustia citadina, falta de sueño, me ardían los ojos, no por lágrimas, sino por "el ojo seco" de la computadora de todo el día. Me dio un pánico de statuo quo, de que ese estado se mantuviera, de vivir en la postergación infinita, del asesinato de mis sueños por mis propias acciones. Me proyecté al futuro: yo lo tenía todo, que para lo que a mi me importaba, era tener nada. 

"Esquina baja" le dije al cobrador, mientras en mis adentros les prometí a mis sueños, intentarlos. 

Tuve y tengo mucho miedo, no sé si haré lo correcto, pero estoy segura de que estaría haciendo... lo que quiero.

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La melodía del cóndor pasa es la que sigue, la dejo en dos versiones, una clásica y otra adaptada, por Agua Marina, un grupo de Cumbia.

 

 Esta es la versión en cumbia, con una guitarra que al final parece hablar.

 

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... escribo porque en la fantástica internet se puede ser lo se quiere, hasta uno mismo.