Él solía dejarme un libro en la mesa de noche, uno gordo, "El pez en el agua" de un tal Mario Vargasnoséqué. Yo lo veía, tenía en la pasta el dibujito de un hombre sonriente, con los brazos abiertos, parecía que saludaba a un público, y parecía que yo estaba en él. Lo miraba por dentro, no habían más dibujos (aburrido).
Mi papá insistia a morir: lee, lee, lee. Y yo pensaba: como jode, como jode, como jode. Era pues, mi hábito de dar la contra. En cuanto se rindió, yo sola abrí el dichoso libro y empece a leer.
La historia era de un niño haciéndose hombre. La parte en la que conoce a su padre; que se leía mucho más jodido que el mío, me pareció super interesante; el chico se sorprendía de su cuerpo y sus cambios ( como yo ); también hablaba de las profesoras, y profesores, el colegio militar al que su papá lo metió. Las peleas de sus papás, sus amores, sus pasiones, sus anhelos, sus dudas. El chico era Mario Vargas Llosa, su amor era su tía, su pasión la literatura, sus anhelos ser escritor y sus dudas las mías.
Cuando empecé a leer el libro, yo no sabía que ese era el libro biografía de MVLL, un comienzo bastante denso para un lector novato. Pero debo admitir, que fue un comienzo excelente para mi cultura. El libro cubría a todo detalle la campaña política de los años 85 al 90, hablaba del terrorismo, de los gobiernos de Belaunde, Velasco, Belaunde, Alán García y por supuesto Alberto Fujimori. Así pues, sin webadas lights del colegio, yo me sople toda la campaña por las noches alumbrada por mi lamparita.
Al terminar el libro, la política cobró sentido, Mario Vargas Llosa ya era un hombre y yo era libre, como mi papá me había dicho.
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