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miércoles, 14 de marzo de 2012

Al sauce llorón

Me quedé de pie bajo tus ramas 
y floreciste y finalmente 
te aferraste a mí, 
y cuando el viento golpeó con tierra 
y arena...tú te aferraste a mí. 
Más fina que una telaraña yo, 
más diáfana que cualquiera... 
pero se adhirió 
y se mantuvo firme ante los poderosos vientos 
vida... de la que en ciertos momentos 
existo en tus dos direcciones... 
en cierto modo sigo colgando hacia abajo casi siempre, 
mientras tus dos direcciones tiran de mí. 



Autora: Marilyn Monroe

jueves, 1 de marzo de 2012

Una posición cómoda

No se me nota la homosexualidad si no quiero. No uso el pelo corto, no tengo problemas con mi identidad de género y me encanta ser mujer. Estoy por graduarme, guardo mi anonimato, salgo con una chica que también parece chica y en la calle parecemos dos buenas amigas. Soy una buena Troll de esta sociedad porque aparento y casi-casi encajo (porque me mantengo en silencio y me mimetizo como una iguana en un bosque multicolor). Existo pero cierta parte de mí ser es invisible y a la sociedad le gusta así.

He tenido suerte, pero otras personas no.

Varios homosexuales/bisexuales son evidentes. Tienen ademanes con la mano, les gusta llevar el pelo muy corto, o muy largo, odian su sexo porque no les corresponde, odian la realidad en la que han nacido, no son económicamente independientes, no conocen a nadie, no se conocen, se avergüenzan y no se perdonan algo de lo que no son culpables ¿qué pasa? ¿no han tenido suerte?.

Tengo muchas preguntas y creo que no tengo tiempo de contestarlas

¿Y si puedo hacer algo ahora? ¿Qué pasa si la coyuntura hace que se necesite hablar? ¿Qué pasa si el futuro te amenaza y callar ya no es la mejor opción? ¿Qué pasa si debes salir de tu posición cómoda en tu zona de confort y hablar porque otros no lo harán, porque tienes que ser tú, porque es ahora?

Conversaré con mi almohada mientras escucho ladridos lejanos.

Ya llega el otoño

Terminó el invierno y yo comencé algo contigo, continuó la primavera y te vi florecer. Cuando llegaba el verano tuve miedo de sentir mucho calor, temí verte, no sentirte y que me quemaras; me equivocaba: refrescabas mi alma mientras me derretía en tus manos. 

Ya llega el otoño y me trae esperanza.

... escribo porque en la fantástica internet se puede ser lo se quiere, hasta uno mismo.