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domingo, 29 de marzo de 2015

Vuela vuela

Hay que diferenciar el deseo de la necesidad, me digo. Duermo entonces entre anhelos sagrados y profanos. He tenido un año de continuos despertares, hasta notar que el aderezo para darse cuenta de qué es realmente el amor empieza (¡Oh-cliché!) por amarse a una misma.

Este blog se llama "1 mes de ambiente" porque pensé que mi excursión prohibida en el terreno de mis  deseos homoeróticos solo duraría eso: 1 mes. Han pasado como 6 años de eso y, ¿saben qué? Logré conocer más de lo que me propuse, con culpa, explorar: amor, odio, traición, amistad, perdón, trascendencia. A través de la empatía de amistad y de piel he logrado atravesar complicaciones de una vida vivida intensamente, y las cicatrices de experiencias, lo que mi espíritu a conocido y lo que siento, eventualmente llegará, hacen que las palabras sean pocas ante el inmenso tesoro de haber vivido en carne propia eso que nos hace humanos y teje un hilo conductor entre almas similares: la esencia de la vida, los placeres, los dolores, las verguenzas, las dichas, las gracias, el agradecimiento, el profundo amor. Me dan ganas de llorar, vida terrible y maravillosa. Tú que lees, ojalá entiendas que te entiendo como me entiendo, que somos espejos, uno frente al otro.

Bien decía Whitman:

"Me canto y me celebro, me celebro y me canto. Y si me canto y me celebro, te celebro y te canto, porque cada átomo que me pertenece, te pertenece, porque cada átomo que te pertenece, me pertenece, porque tú y yo somos la misma cosa"

Este blog también sirvió para contar lo que iba viviendo. Que si quería que me amen, que sí le lograba dar un beso a aquella chica, que si conocí al chico ideal en el momento incorrecto. Inocencia mía: todo estaba bien. Hoy al ver hacía atrás me alegró de mis atrevimientos y quizás, reniego de lo no-hecho o de la inmadurez estúpida y temeraria en ciertos casos; pero jamás del orden de las cosas.

Ahora anhelo dejar capas de personalidad que ya no sirven, continuar con el perdón, atreverme con más fluidez: reír, cantar, viajar, escribir, trabajar, jugar, bailar. Quiero crecer con responsabilidad en medio de un sano deseo de prosperidad. Que lindo suena leerlo, pero claro, las cosas así no más no llegan. Antes dado lo qeu deseo: debo renunciar.

A otro posible amor, a la comodidad de lo conocido, a dinero aburrido, a casa, familia, a anhelos del ego, ¿para qué?

"¿Para qué?" es una gran pregunta.

Pues para poder partir.

Para poder irte

- ¿A qué se refiere uno cuando dice "quemar las naves"?
- A que para poder irte tienes que romper con lo que dejas atrás, para que ya no puedas regresar aunque te dé miedo. 


MI PRINCIPIO (Julieta Venegas)

Un día me voy a ir 
y no volveré jamás
prefiero la soledad
que vivir sin mi verdad.




domingo, 18 de enero de 2015

Venus en acuario

Desenredado el hilo de la historia, aireado el corazón gracias a las ventanas abiertas de los ojos, recuerdo sentimientos con lejanía y es como si flotara. 

Por algún lugar leía que la única forma de dejar el pasado atrás era esperanzarse en un futuro, emocionarse e ir hacía allá. 

A ella, la ex, la preciosa, no la amo menos sino más: lo que vivimos viaja conmigo y a ella ya no la quiero para mí (miren ustedes, sí se podía amar sin depender).

Paralelas, crecen otras historias, un futuro con sonrisas y otra preguntando: 

"¿Por qué no me besaste?"

martes, 28 de octubre de 2014

Lo que espera ser dicho

Cuando entro a este blog siento nostalgia del desfogue en alguna vez fue. O sea, entraba a dejar mis sombras acá y luego me iba. Luego era como un diario del descubrir. Y eventualmente, estaba feliz de modo que ponerlo modo triste era desalinear.

Ahora siento que he tomado distancia de lo que quisiera contar de modo que veo los detalles: ni cuenta me había dado de lo feliz que era, precisamente porque estaba viviendo.

Y ahora que tengo tiempo y ganas de novedad renuevo metas y solo de rato en rato recuerdo tu "¿ya vas a venir a dormir?".

Lo curioso será vivir con ese recuerdo sabiendo que esas que dormían juntas ya no existen.

domingo, 5 de octubre de 2014

Rehab emocional

En esto del rehab emocional me siento en una habitación donde veo las cosas de una forma. Apago la luz, la prendo y todo se ha movido de lugar, como si las cosas tuvieran vida y eligieran donde estar.

Es curioso: no tengo una puta certeza ni sé lo que va a pasar más allá de este mes y chilling. Soy la incertidumbre y bacán. Hoy me importan tres pepinos los temas políticos. Me compré una planta de lavanda y tiene unas flores lilas hermosas, estoy esperando que lleguen unos patines que ordené por internet. Empecé a ir al gym, me duele todo. Me muero por ir al teatro la próxima semana. Me falta cerrar tres temas importantes de chamba. Necesito urgente comprar Shampoo porque ya se acabo. Hoy almorzaré con mis padres. Debo llevar mi bicicleta al mecánico porque mientras manejaba se le cayó un pedal y casi muero. Debo enviar un artículo a una página. Quiero pulir unos poemas que escribí en épocas dramáticas. Tengo tres cuentos inspirados en chicas que me regalaron besos últimamente por escribir en la cabeza. Esta semana conoceré un café cultural finalmente (siempre que iba estaba cerrado o lleno). Esta semana me reuniré con una amiga investigadora para cuadrar un tema académico que quiero hacer. He comprado zapallo para hacer locrito. Mi roomate se ha comido mi pan y estoy emputada porque deja todo sucio. La ropa se está lavando. Escucho Onda Vaga y ese disco donde está la canción Tataralí. Amanecí escuchando The National, Beirut, Los planetas y me fui en feeling. Lloré un poquito cuando entré a ver el twitter de mi ex. Mi ex. Mi linda ex, que está logrando lo que soñaba. Recordé que el fin de semana sentí por fin la autorización de corazón de soltar la historia y sacar a bailar a este cuerpo que habito y al que tanto le he jodido con bombardeos de emociones.

Conocí a una chica interesante el fin de semana. Le hablé de ella a otra amiga, de otro círculo, de otra vida y... la conoce. TODAS LAS CHICAS LECAS DE LIMA se conocen. Me llegó (molestó) por un momento, pero mejor, me digo, al menos hay referentes, ¿no? Así vas sacando los issues generales, ya que tanto el trauma como la mejoría, se vuelven colectivos.

Quiero escribir nuevamente por acá. Les quiero contar que estaba traumadísima por no ser heterosexual. Que salí a vivir y que ahora. Unos 6 años después de empezar el viaje. Estoy en un punto en el que NO ME ARREPIENTO DE NADA.

Así va siendo ser leca neosoltera de veinticinco años en Lima. Una cosa que cada vez es más normal. Más llevadera. Ya contaré :)


miércoles, 1 de octubre de 2014

Renovaciones

Este año astrológicamente ha sido el año del caballo. Y más allá de creer en eso o no, es como si hubiese estado montando un caballo y este hubiese sido salvaje, y yo arriba de él, luchando por no caerme; o cayéndome y volviendo a subir. Sí, así ha sido.

Ahora hay calma. Cierta lentitud. Silencio. Después de que ella se fue, la odie, luego noté cuando la había amado; y luego, la volví a ver, de lejos, y quizás como nunca la había visto: como la persona que era ahora haciendo lo que de verdad (o por ahora con toda convicción) quería hacer.

Entonces, más allá de ella, me empecé a ver ¿y yo? La respuesta fue visceral: habían muchas cosas que me jodían y muchas cosas que rescatar. Encontré una frase bonita: "Quien conoce la fuente de su desdicha la disminuye; quien conoce la fuente de su felicidad, la aumenta". Entonces, han pasado meses en los que me he dedicado a engreírme, a corregirme.

Desde inscribirme a talleres de escritura creativa, hasta hacer nuevos deportes, viajes pequeños, probar sabores que no había probado, sacarme los clavos con personas del pasado, cerrar conversaciones pendientes, botar ropa que ya no me gustaba, comprar ropa con colores nuevos, pintar mi casa, comprar algunas plantas, escuchar música nueva. Atreverme.

Ha sido escalofríante darme cuenta de la desidia en la que me había quedado. Culpando a otrxs de mis consecuencias. He llorado en soledad hasta que la he aprendido a querer. He aprendido que la soledad es un regalo.

Han pasado meses y hoy que veo al espejo, me gusta lo que veo. No habría habido otra forma de salir que tocar fondo. Ahora, quizás en un arriba, escribo para recordarme que todo es un fracaso porque nada es para siempre y eso es la renovación: un inicio, una duración y un fin; la vida rodeada de intermitencia, de vida y muerte, de dicha y mala suerte, de alegría y pena; algunas cosas son sumamente simples: si quieres puedes.

Lo estás haciendo bien, cada vez comprendes más; si, tú la que escribes. No te canses.

jueves, 31 de julio de 2014

Los pensamientos como nubes

Entonces noto que no hay pasos que cumplir ni sé qué viene. Noto, acepto, rechazo. Los pensamientos vienen y van como nubes. El amanecer trae a veces lluvia a veces sol. Me llaman por mi nombre y respondo. Voy, vengo, duermo, despierto, me río, lloro... como todos.

Entonces sigo el camino porque estoy llena de curiosidad.

Sintiendo el chiste

Dada el inmenso giro filosófico lleno de angustia absurda, me vi en una fiesta rodeada de gente nueva. Me sacaron a bailar y recordé que hace años no me sentía tan libre, tan no juzgada, tan feliz de simplemente bailar.

Ver de lejos

Entonces emprendí un viaje que tuvo un significado más allá del origen y el destino. Perdida la voz de su mirada que me traía a veces cariño, a veces dolor; recordé mi mirada y me empecé a verme: ¿quién soy ahora?

¿Qué edad tengo? ¿Qué hice hasta ahora? ¿Qué ropa uso? ¿Cómo vivo? ¿He hecho lo que he querido hacer para la edad que tengo? ¿Quienes son realmente mis amigos? ¿Qué hago con mi vida, con mi tiempo? ¿Qué me falta hacer? ¿Qué quiero hacer? ¿Quién soy ahora? ¿Qué pienso acerca tal o cual tema? ¿Cómo vivo? ¿Cuál es mi color favorito? ¿Qué hago con las horas que me sobran? ¿Qué hago con las horas que me faltan? ¿Ese libro sigue siendo mi libro favorito? ¿Escribir para qué? ¿Qué he creado? ¿En qué he creído? ¿Qué es lo que ya no creo? ¿Quiénes son estas personas? ¿Para qué sirve este blog?

Mea culpa

"Hay dos cosas irreversibles: la muerte y el conocimiento"-  Eduardo Adrianzén.

Después de la revelación viene una avalancha de ira. El odio te mira a los ojos y ves que eres tú quien se observa. Normalmente callaba pero esta vez estallé. La suma de odios que he tenido en mi vida se rebalsó. Reconocí la bondad de algunos actos y noté que no hubo franqueza de vuelta. Me metí en el papel de víctima y luego solo encontré la salida de victimaria. Quise destruir el tiempo hacía atrás. Demoler, borrar, anular. Y actué.

Hasta que me di cuenta de que las señales estuvieron frente a mis narices todo el tiempo y que quizás, solo quizás, fui cómplice. Detesté en ese instante ser tan consciente, porque definitivamente hubiese sido más fácil seguir de víctima, total, ese papel me lo sé muy bien. Pero no, me interrogaba:: ¿tú qué hiciste? ¿acaso no te diste cuenta de que podías elegir? ¿qué te detuvo? De inmediato el sentido común respondía.

Fui tan cómplice como victima.

1 mes de ambiente

... escribo porque en la fantástica internet se puede ser lo se quiere, hasta uno mismo.