Terminó el invierno y yo comencé algo contigo, continuó la primavera y te vi florecer. Cuando llegaba el verano tuve miedo de sentir mucho calor, temí verte, no sentirte y que me quemaras; me equivocaba: refrescabas mi alma mientras me derretía en tus manos.
Ya llega el otoño y me trae esperanza.
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