Me gustan los justos medios a los que llego tras seguir caminos extremos. Tras la total indiferencia y el apasionamiento, llega la calma o algo similar. Sobran las palabras... basta una caricia, una mirada con una media sonrisa a la que solo le quiero arrancar un suspiro.
Es como una receta (es que el otro día compre unos stickers): 1 cucharadita de sonrisas; 1 pizca de vanidad y 1 manojo de disculpas.
A la sombra de una parra, Jorge Drexler cantaba que uno solo conserva lo que no amarra. Otro cantante dicía que debía un baile, no una explicación. Un poeta (anónimo para mi memoria) decía que el amor es como una flor que según el jardinero que la corta, es algo que no muere o algo que no importa.
Estoy calma en la sombra y me gusta bailar tanto como ver el verdor de las plantas.
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