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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nadie es profeta en su tierra.

Nadie es profeta en su tierra, hasta que gane un Premio Nobel.

Ayer llegue a casa y me encontré con una grata noticia, lo que es últimamente raro en un noticiero peruano. Era Mario Vargas Llosa dando un discurso: Elogio a la literatura y la ficción, era un elogio que resultó siendo un amplio piropo reflexivo y conmovedor, no solo a la literatura y la ficción sino a la vida, la realidad, la política y hasta a la vida doméstica, los quereres y el amor.

Mario demostró en todo momento, ser un hombre extraordinariamente humilde, reconociendo que sin el apoyo de las personas que lo rodearon a lo largo de su vida, él no hubiera logrado lo que hoy vemos, logró. Y esa humildad, lo hace ver aún más grande.

Mario se quebró al hablar de los 45 años que lleva casado junto a Patricia, su prima. Reconociendo lo que muchos grandes hombres a  lo largo de la historia no han reconocido: que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. Con sus palabras, como siempre, conmovió al mundo, al Perú, y me conmovió a mi.    

Por eso anoche emocionada les deje el discurso completo, sabía que cualquier cita de referencia se quedaría corta; pero también sé que pocos lo escucharan y menos aún, lo leerán completo y por eso hoy les dejo un video con un extracto del discurso, con fotos de Mario en diferentes momentos de su vida. 

Por cierto, el minuto más conmovedor del elogio de agradecimiento a Patricia empieza en el 3.27.

 

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... escribo porque en la fantástica internet se puede ser lo se quiere, hasta uno mismo.